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¿De qué diantres hablas?

By : Conejito de la chistera
Se está perdiendo la sensibilidad.
A ritmos increíbles, a velocidades que se escapan de nuestra consciencia. Se está perdiendo la moral, el respeto, la naturaleza humana se está volviendo cada vez más primitiva.
Cambiamos, avanzamos científica y tecnológicamente, la moral humana que nos diferenciaba del animal se está volviendo cada vez más primitivo.
Somos animales con capacidad de pensar, recordar y sentir alguna que otra cosa, que inventan o hacen uso de algo. Animales egoístas que únicamente piensan en sí mismos y en poder ser quienes más llamen la atención. Dueños del mundo capaces de dominar finalmente a la naturaleza (o que eso creamos) esperando a que con el paso de los años, existan máquinas que puedan curar nuestras enfermedades, educar a nuestros hijos y atender nuestras necesidades.
Después de eso, ¿dónde está esa búsqueda del alma? ¿porqué hay quienes se ríen cuando lo pregunto? ¿porqué hay quienes no lo entienden? ¿porqué hay quienes no se lo preguntan?


La edad contemporánea: el avance de la pereza. Tan atractivos son los medios a nuestros alrededores, que a veces se nos olvida atender nuestra propia naturaleza. ¿No hemos avanzado pues, al paso de los años, siglos y milenios, a base de la observación, experimentación, el arte y la reflexión?

Ahora somos imitadores. Quizás más que antes. Buscamos ser héroes, que nos admiren, integrarnos pero que juzguen lo especiales que somos, sobresalir de los demás ya sea para bien o para mal. Criticamos codicias y defectos ajenos disimulando los nuestros (que a menudo suele ser igual), imitamos, nos pintamos, nos vestimos y hablamos de tal forma que más atractivo pueda parecer (mayormente en la adolescencia). Nacemos intentando siendo reyes, personas que realmente no somos, creemos que sabemos más de lo que realmente podemos saber, queremos ser queridos, que nos presten atención.
Queremos que nos entiendan, queremos que vivan por nosotros, que nos recuerden, conectarnos al mundo, que nos conozcan, hacer reír, que nos hagan reír, integrarnos en una globalización, o escapar de ello, ahogarnos en películas, en vídeos, en videojuegos, en el sexo, en el placer, en la negatividad en algunos otros casos, en el deseo de querer tener una vida totalmente fácil y resuelta, sin saber cómo enfrentarnos a la vida terminando por no valorar todo lo que tenemos alrededor, que nos resuelvan la vida …


Pienso que cada día que pasa somos más egoístas. Nos ensimismamos buscando desesperadamente ser queridos, aceptados o simplemente encajar en un mundo totalmente falso y artificial.
Olvidamos la sensibilidad, ¿qué hay del sentir? ojalá pudiera alguna vez poder conversar sobre sentimientos con mi grupo de amigos. En lugar de ello, se habla sobre objetivos materiales, sobre críticas a personas ajenas… ojalá pudiera hablar de sueños, de metas, de preocupaciones sin tener que buscar un espacio y tiempo especial para poder hablar de ello. Ojalá me pudieran contar cómo se sienten ellos, qué les molestan o qué les gustarían hacer. ¿Por qué tanta la excesiva manía de guardar todo bajo la alfombra?. ¿No es más lógico que, si bien queremos ser queridos, no deberíamos querer nosotros primero?
¿Porqué los sentimientos deben siempre ir tan escondidos de forma que, si lloramos se nos llaman débiles? ¿no es lo mismo que sonreir? ¿un sentimiento más? ¿es una vergüenza sentir? ¿y no es pues una capacidad del ser humano tan natural como el comer?

Nos estamos volviendo tan simples y primitivos, que incluso aquellas personas que intentan no quedarse atrás y pensar un poco, acaban repitiendo lo mismo que una vez dijeron otros pensadores tiempo atrás, en lugar de pensar por nosotros mismos.

Es más fácil encontrar petróleo en una lata de cocacola, que a un buen médico.

By : Conejito de la chistera
Indignada me hallo.

Como muchas otras personas, hoy y desde hace un año se sabe que padezco TDA (transtorno déficit de atención).
Para haceros una idea; hasta lo que puedo saber y decir, el déficit de atención es un trastorno en base a nivel neuronal del que aún se desconocen totalmente los motivos de su aparición, pero son identificados por la dificultad a la hora de emplear acciones ordenadas, prestar atención al momento que debemos, memorizar, escuchar y seguir una conversación, y desenfocar o seleccionar los elementos o acciones que debemos de realizar  justo en su momento, así como la dificultad de organización y el descontrol interno de ideas, pensamientos y reflexiones que finalmente acaban olvidados. El problema físico se encuentra en la córtex pre-frontal de nuestro cerebro (encargado de cómo planificar una acción), e impidiendo la captación y producción suficientes de los neurotransmisores "dopamina" y "noradrenalina".
Queda muy bonito dicho en palabras pseudo científicas, pero para que se entienda mejor, aquí os dejo un vídeo bastante bueno de cinco rápidos minutos de una psiquiatra especializada y padeciente de dicha enfermedad donde nos explica brevemente algunas de las cosas que personas con tda padecemos.



Actualmente y desde que  fui psiquiátricamente tratrada, estoy medicándome a base de concerta (metifenidato), lo que viene siendo el "focusyn" de los Simpsons. Capaz de facilitar mi capacidad de atención y memoria durante las 10  o 12 horas que tiene de duración la pastilla al día.
Normalmente, cuando éste transtorno es identificado en niños y éstos son medicados y pedagógicamente tratados, al llegar a la edad adulta su deficiencia es casi imperceptible o muy disminuída. Pero si has vivido la mala suerte de ser diagnosticada en la edad adulta, éstas deficiencias serán crónicas. Y por lo tanto, el ingiere de su medicación también.
 
Dejando atrás los aspectos psicológicos y todo lo mal que lo haya podido pasar hasta ser capaz de llevar una vida medio normal gracias a la ingiere de los medicamentos, pasamos a la siguiente dificultad que hoy se me ha presentado y por lo cual estoy tan enfadada.

Cada mes, compro un bote de pastillas de concerta. Cada botecito contiene 30 pastillas, ingiero una sola al día. La medicina cuesta alrededor de 100 euros, aunque gracias a una reciente ley, al ser una enfermedad crónica, sólo me cuesta 20 euros (ya de por si es un gasto bastante difícil con mi situación económica y estudiando artes. Se requeire mucho dinero en material). 
Recibí mucho apoyo tanto de mi primer psiquiatra, psicólogos, familiares, amigos e incluso la rebaja de costes. 

Más tarde me di con un hueso duro de roer. 
No se si ésto va por comisiones como la de casos que ya se conocen por noticias (pagos extras a médicos por no ofrecer bajas laborales) o simplemente tengo mala suerte y me encuentro con personajes incompetentes que o bien no quieren hacer su trabajo, o le gustan mucho tocar los huevos.

Es el caso de mi cita de hoy con el médico.
Era el primer día de visita a cita previa con ésta doctora. Anteriormente, cada vez que agotaba mis pastillas, acudía al médico de cabecera para pedir que nuevamente me las recetara. O bien si la cita con el psiquiatra era próxima a cuando los agotara.

Todo el historial médico psiquiátrico se supone que está presentado dentro del informe clínico. Pues el médico de cabecera anterior ha podido leerlo (y no sólo él, una sustituta que tuve hace unos meses cuando él estaba ausente también, y pudo recetarme la medicina sin problema). 
¡Pero chapó! ésta doctora niega darme la receta de la medicina porque dice "tener poca información" o necesitar de un informe psiquiátrico para poder dármela. 

No sólo eso, también le conté de un problema menstrual que llevo desde niña, me han aconsejado ir a un ginecólogo, pero parece ser que no tengo derecho a una revisión ni saber en qué estado de salud están mis partes íntimas, puestos a que también se negó a darme una cita con el ginecólogo.
Tras eso, largué a casa a por el informe psiquiátrico donde se valora que padezco ésta enfermedad (mas un transtorno de ansiedad) y por si acaso, acudí a la farmacia para ver si tenía alguna receta guardada de concerta en mi tarjeta sanitaria.
Casualmente incluso la farmacéutica pudo ver que debía tomar de forma crónica dicha medicina, y que era imposible que, siendo médico de cabecera, no pudiera ver las medicinas que tomo o dejo de tomar.

Casualmente la doctora, aunque llevara todas sus citas una hora y media tarde, tenía muchos huecos libres, así que pude tomar otra cita ésta misma mañana.
Al llegar, comenté con los demás pacientes mi problema, y que necesitaba esas medicinas sí o si para llevar una vida normal (y para mi estudio). Los demás pacientes, empezaron entre unos y otros a comentar los problemas que habían empezado a tener con sus tratamientos desde que son tratados por dicha doctora.
Desde el problema de haber eliminado totalmente un tratamiento que una persona había estado llevando bastante bien para empezar a empeorar, hasta cambiar totalmente la receta de una persona que había estado medicada y recetada por un especialista agravando su enfermedad. 

Tal que así fue, que mientras esperaba (tenía cita a las 11:40, pude finalmente acudir, a las 13 horas) comenté mi problema en información. Se ve que el hombre al menos pudo entenderlo,  aconsejó que, en el caso de que no me lo recetara, si me encontraba disconforme hablara con el director del hospital.

De nuevo al llegar mi hora entré a consulta. Enseñé el informe médico y ella empezó a leer, por su rostro  juraría que buscara alguna escusa para no dármelo. También le comenté algo sobre la tarjeta sanitaria que en ningún momento me había pedido. Colocándolo sobre la mesa diciéndole que incluso la farmacéutica podía ver que debía tomar de forma crónica esa medicina.
En el informe anunciaba la enfermedad que padecía, los progresos con dicha medicina, y que la debiera tomar. 

¿Sabéis qué dijo?
"No te la voy a dar, éste informe es del año pasado".
¡¿...QUÉ?!
No me jodas, estamos en febrero, y ese informe es de hace meses. 
El informe psiquiátrico fue escrito con el fin de poder obtener a becas  y ayudas (que me fueron denegadas porque me pedían un certificado de minusvalía, el cual llevo esperando para ser valorada en pruebas desde hace unos meses, por lo que ya no podré ser partícipe de esas ayudas hasta el año que viene).
Ni siquiera quiso mirar mi tarjeta sanitaria, y repetía una y otra vez que sólo podía recetármelo el psiquiatra. (El cual no tenía revisión hasta abril puestos a que son revisiones periódicas por ciclos largos para vigilar cómo la medicina está evolucionando. Al decírselo ella dejó caer un comentario fácilmente traducido por un "te jodes"). Le comenté que otros médicos me lo recetaron sin problema, habían podido leer el informe clínico en internet, y el mismo psiquiatra me había dicho que el médico de cabecera también podía recetármelas.
Pero nada, seguía oponiéndose. Y yo ya había ingerido mi última pastilla.

Ahora estoy sin medicinas, es viernes por lo que no pasa nada si el fin de semana me las paso sin ellas, mas soy incapaz de ser útil en mis estudios y clases sin ellas. 
¿Otra opción? Presentar una hoja de reclamaciones contra dicha doctora y hablar con el director del centro médico.

¿A ésto tenemos que llegar los enfermos crónicos para poder obtener las medicinas que NECESITAMOS para poder llevar una vida normal? Lo mejor  es que me quedan tres meses con ella porque nos acabamos de mudar, menos mal que mi medicación no trata de cáncer o similar, porque vamos.... 
Rezaré por no enfermar mientras tanto. 

Formas fáciles de separar (en 3 sencillos pasos)

By : Conejito de la chistera
Tiempo sin ver una entrada nueva, ¿verdad?
Quizás porque cada vez que tengo que escribir algo, da la casualidad de que estoy comiendo algo, ¿tendrá algo que ver? ¿será el sabor de la comida? quizás el que hoy estuviera comiendo ensalada y pollo tuviera algo que ver.

El caso es que sea cual sea el tema que quiero tocar, hay algo que todos los temas tienen en común; y es que siempre intentan separar a las personas que hacen algo, con las que no. "Yo es que no hago "x" porque pienso que las personas que lo hacen son para sentirse de tal manera." "Yo creo que las personas que no hacen "x", realmente quieren llamar la atención..." "A mi las personas que se ponen "x" de nombre, es que...".
Ya vale, ¿no? justificar cada cosa que hacemos porque creemos que hacerlo de otra manera está mal o se es peor persona. (Seguramente yo también lo haya hecho alguna que otra vez) Volvemos a lo mismo de siempre, etiquetar las aptitudes, personalidades e intenciones de la gente simplemente por lo que hagan o dejen de hacer; dígame usted, si cada vez que hiciera algo, pensara en cómo hacerlo de forma que no piensen tal y cual, ¿acabaría haciéndolo finalmente? y si es así, ¿sería de la forma en que usted quisiera realmente?

Pues oye, quizás esa persona no hace "x" cosa de tal manera sólo porque sea mala, o egoísta, o vete a saber qué se inventa uno para dejar a otro de felpudo. Nadie es tan bueno ni tan malo, al igual que los fallos que remarcamos en otras personas, nos lo pueden remarcar a nosotros mismos; que luego, claro está, nos sentimos ofendidos, o decimos con falsos aires de grandeza la poca importancia que le damos. (Que si realmente, te diera igual cómo piensan de tí, creo, CREO, que también debería darte igual lo que hagan o dejen de hacer los demás. Y no se trata de pasar olímpicamente del mundo, si no exhalar un poco de honestidad y aceptar que se es tan imperfecto/a como cualquier otra persona (más aún cuando ni siquiera la/o conoces.)

Hablar es muy fácil, y hay cosas tan obvias como el respeto, la honestidad, la solidaridad... valores que se aprenden desde pequeños. Cosas que nos resultan tan simples que simplemente... ¡ah! las olvidamos.
De ahí nacerán unas personas que en el acto puedan sentirse dolidas, mala suerte para ellas, poco le importará al "criticante". Crearemos comportamientos débiles e inseguros, individuos que piensan que el mundo está en contra de ellos. Seguramente acabarán aprendiendo el comportamiento, y harán lo mismo a pesar de sus quejas.

La mayoría de cosas que separan a una persona de otra son estúpidas:
-Su modo de hablar/expresarse.
-Sus creencias étnicas o sociales
. -Su orígen natal.
-Su sexo/sexualidad.
 -Sus formas de vestir.
-Sus gustos.
 -Las personas con las que salen/si salen o no.
 -ETC.
Prácticamente cualquier excusa es buena, y alguna vez que otra quizás acierten, quién sabe. ¿Pero qué mas les da a ellos? Ya sabéis que cualquier persona tiene defectos, y remarcarlos sin motivos mientras engrandeces tu persona me parece una de las cosas más sucias que existen. ¿Porqué remover tanto la mierda? (y perdón por la expresión) ¿qué necesidad hay de hacer enfadar a la sociedad? ¿se busca la aprobación de algo/alguien mientras reclamas por ahí "no me importa lo que opine la gente sobre lo que hago o dejo de hacer"? ¿qué pasa? ¿pero porqué? ¿Celos? ¿envidia? ¿justificaciones ante tus propios actos?

Siempre pensé que no es el más honrado aquel que habla sobre la pena que le da un animal hambriento, si no el que sin decir nada, le da cobijo y hace lo necesario por defender sus ideales sin necesidad de anunciar o hacer saber lo bueno/a que se es.

Quizás el mundo haya cambiado tan rápido que ni cuenta me di. Y quizás esté muy equivocada. A lo mejor es esta la manera que tiene la sociedad de actuar, su naturaleza. El mundo sea de esta manera y ni cuenta me di. Pudiera ser que para algunos fuera una necesidad, de todas formas necesitamos diversidad, ¿no?. Pero de vez en cuando una "puntadita" de humildad no nos viene mal a nadie, al menos para recordar lo lejos que estamos de la perfección y nuestra realidad.
Gracias, el pollo estaba muy bueno.

Muchas brevas y pocas nueces

By : Conejito de la chistera
Al pasar por las calles de la gran ciudad, los gestos diarios se repiten. Pasos lentos que rodean farolas, bancos, carreteras, otras personas, vagabundos...
“Cuántos vagabundos hay últimamente”, piensas. Te incomoda si se cruza tu mirada con la suya, y tuerces la mirada hacia otro lado. A veces ni los miras, intentas evitar ese mal trago que se olvidan a los cinco minutos de haber pasado a su lado. Ves a más personas tiradas en la calle, algunos con cartelitos, como si no supieras interpretar la pena de sus rostros, y vuelves a pensar...”pues si, parece que últimamente hay más.”


Realmente no los ignoramos por completo. Algunos nos apenamos, hablamos de ellos, o incluso pensamos en ese mismo momento, cómo serían sus vidas, cubieras de cartón de vino, necesarias de una urgente sanidad que no es de su prioridad ahora mismo. Sin compañías, excepto un perro que los acompañen.
Pero ahí queda todo.



Se hablan de ellos, pero no se hace nada. Cada vez, los comedores voluntarios están más saturados. Al ser voluntarios, no obtienen beneficios económicos del estado, a causa de la crisis, son más las familias que necesitan de alimentos o ayudas financieras para salir adelante. Las becas y las ayudas ya no se dan a cualquiera, sabes que actualmente no puedes acceder a un trabajo de manera tan fácil como antes, que sin estudios, es muy complicado trabajar en otros países, y que si eres una persona con pocos recursos económicos, o eres habilidoso y sacas MUY buenas notas (en caso de que no tener ningún “enchufe” que te sirva de ayuda), o no podrás optar a beca y a una oportunidad de estudios. Los mediocres ya no valemos nada, y eso lo han decidido personas, que ni siquiera saben pronunciar bien el inglés.
Los bancos, que parecen haber sido diseñados con la mala idea de fastidiar el sueños de nuestros mendigos, quedan ahí, sirviendo de cama para estos señores.
Ahí es cuando se acaba la noticia, ya hemos llorado nuestros diez minutos, cambiamos de canal, y ya está todo olvidado.


Bienvenidos al mundo real.
Un mundo donde si antaño la joven rebeldía significaba, salir a la calle con pancartas reclamando tus derechos, disconforme con los pocos derechos sociales que se le ofrecían, hoy la rebeldía cambió a cuatro pobres muchachos que influenciados por las manchas de un mal golpe en el martilleo de una almendra, queman contenedores interiormente desahogando una rabia contenida, originaria de un triste pasado del que ellos mismos no son conscientes.


No podemos culpar a estas personas, han sido fruto del disparo de un grave déficit de disciplina y educación. Educación no sólo por sus responsabilidades y sus deberes, sino también  gozo y felicidad.
Ya no se escucha tan alto aquellas voces que hablan de cumplir un sueño y unos objetivos marcados en sus vidas. Escucho el deseo de obtener un algo material, el de no poder estar con una persona que quiera estar o quiera que le satisfaga, cualquier chorrada caprichosa en el momento, que si no se consigue, es expresado mediante un lloriqueo constante, un “pobrecito de mí” malcriado bajo una sociedad cada vez menos humilde y más narcisista. Que se basa en la iconización e imagen que recrea una falsa realidad en la que nos conformamos. Las voces de aquellos conejos que intentan salir de la madriguera se escucha muy bajo, y ni a los conejitos que están dentro les importan, ni a los dueños de la madriguera que se les oigan demasiado.
Hay algo que pasa, todos sabemos que algo va mal, esa coletilla de “así va España” tan usual debe ser por algo ¿no?, ¿pero sabemos realmente qué es lo que está pasando?, ¿es sólo un motivo, o el problema radica en numerosos hechos que influyen constantemente en nuestra vida diaria?. ¿Es realmente algo del ser humano?, ¿somos narcisistas de naturaleza? ¿o acaso la sociedad nos ha obligado a evolucionar de tal forma que el que sobrevive no es el más fuerte, sino el que mejor se adapta?.
Lo peor, es cuando somos capaces de ver el problema, y no aceptar que nosotros mismos, contribuimos a ello, que es un error aún más grave. “-La sociedad es una mierda porque...-” eh, amigo...que tú estás dentro por mucho que la critiques, no generalices tanto...


Algo que me gusta decir, es que el ejemplo es el mejor de las enseñanzas, os mostraré lo que quiero decir con un ejemplo vivido hace meses atrás;
En camino al bus urbano, mi destino quedaba en las zonas ricas de la ciudad, que suelen estar algo más apartadas, en las afueras, por lo que las distintas paradas que da, suele traer chicos/as de escuelas privadas. (Ya sabéis la fama que tienen las personas adineradas y que acuden a escuelas de “élite”). En uno de esos, estando todos los asientos ocupados del bus (excepto uno que había delante mía), llegaron una pareja de  personas mayores que tuvieron que quedarse de pie. Quizás fuera por respeto uno al otro del que no quisieran que uno quedara sentado y el otro no. Nadie ofreció su asiento antes que yo, tampoco es que esperara que alguien se ofreciera para no tener que quedarme de pie (la verdad es que me la trae al pairo quedarme de pie en el trayecto, no se me van a caer las piernas). Mientras ofrecía el asiento para que ambos pudieran sentarse, un chico de uniforme de escuela privada, se quedaba mirando.


A las dos siguientes paradas, entró otra persona mayor, anciana, que le costaba sostenerse con su bastoncito de madera. Aquel chico que se quedó mirando, a los diez minutos de partir de aquella parada, dejó su asiento ofreciendolo a aquel anciano, quedando el chico a mi lado esperando de pie, delante de la puerta, su parada.


Quizás no fuera por el ejemplo que él acabó de ver, es algo que nunca sabré. Pero debo decir que en aquel momento, me hubiera gustado enseñar aquella escena, a aquellas personas que siempre acaban dando la misma excusa cuando se les hablan de cambiar...”¿Para qué voy a hacerlo yo? hay muchas más personas que lo hacen, por una no va a cambiar nada.”  
Y desde luego esa actitud tan pasiva, perezosa, y egoísta, no ayuda a una mejora.
La educación se basa en el ejemplo. Básicamente hacemos lo que vemos desde pequeños. Imitamos a nuestros padres, a nuestras madres... observamos nuestro alrededor, y a partir de ahí, percibimos una realidad que nos educa. Díganme. Si un niño está acostumbrado a ver a sus padres reciclar, y no arrojar basura al suelo, ¿por qué debería él hacerlo?.
Al igual que si un esclavo que lo fue desde nacimiento no se plantea la libertad porque no la conoce, nosotros mismos debemos mostrar, si realmente lo conocemos, aquellas cosas que creemos, debe hacer la sociedad por cambiar, a base de nuestro propio ejemplo.


Todos sabemos hablar, todos sabemos twittear nuestra ira, dibujar nuestra disconformidad, y hablar sobre mendicidad. Todos sabemos criticar, destruir, odiar, y negar nuestro alrededor como si todo el que nos rodea es idiota menos nosotros.
Olvidamos que todo ocurre por un hecho. Que si un niño pequeño, criado en la calle, sin una buena educación nos roba,  no es porque sea un “hijo de puta”. Es que su experiencia, la vida y los hechos, han hecho que eso sea así, y es más fácil insultar y destruir, o bufar con un “maldita sociedad”, que intentar mover nuestras manos y pies, para dar ejemplo y ayudar a que todos demos un paso (unos más tempranos y otros más tardíos), para que evolucionemos con unos valores y unos morales lejos de la iconización, y más cerca de una REALIDAD en estado de mejoría.

¿Has visto lo que lleva puesto?

By : Conejito de la chistera

Saboreando el trozo de tortilla que ahora mismo estaba masticando, reflexionaba sobre una serie de ideas y situaciones de las que he sido espectadora.
A través del comportamiento, y la actitud hacia las palabras que si delicadamente son estudiadas al paso de los días de una persona u otra, haciendo una comparación a esos mismos defectos que detectaba de otras personas  incluso con los míos propios, siempre acabo en la misma conclusión. El hombre es un lobo para el hombre.

Y una de las cosas de las que me he dado cuenta, es que si bien parece que  todos criticamos todo aquello que no nos parece bien o no estamos de acuerdo, la opinión respecto a “esto no me gusta” “esto si me gusta” que tan “objetivo” parece cuando se le critica a la sociedad, no parece más que otra cosa, que una excusa para criticar y destruir la personalidad o forma de expresión de personas ajenas a nosotros. Esta hipótesis tiene su razonamiento en que, diversos ejemplos que tan criticables resultan para unas personas, cambian por completo cuando se trata de otras. Rara vez he escuchado a alguien criticar a una persona querida, y si lo hace, nada que ver tiene con una persona que le sea indiferente o simplemente le caiga mal, y esto es lógico. ¿Cuántas veces habrás escuchado a alguien hablar bien de una persona que detesta? Nos encanta destripar los defectos ajenos (que por supuesto nosotros también tenemos, pero somos menos criticables generalmente cuando no hacemos más que ver todo lo demás como un defecto menos “lo nuestro”), nos libera observar a ojos de lupa cada movimiento de “nuestro enemigo” para hundirlo aún más. Nos sienta tan bien hundir el dedo en la llaga, que nos cegamos de ese sentimiento de ira hasta no ver más de lo que queremos ver.

La crítica no es más que una argumentación subjetiva tan personal, que nosotros mismos nos autoconvencemos de que la persona a quien “odiemos” tenga más defectos que nadie cuando realmente no es así. De hecho, me atrevería a decir que ese tipo de crítica tan destructiva es uno de los peores defectos que pudiera hallar en la psicología humana. Más que nada, porque todos tenemos libertad para desarrollar una personalidad libre. Y sí, también tenemos el derecho de la libertad de opinión y expresión, pero mantener un equilibrio y un juicio justo en el que no moralicemos a nadie tampoco tiene nada de malo. De hecho, seguramente la persona a la que critiquemos tenga muchas más virtudes, y virtudes considerables, que los defectos que se puedan encontrar a esa persona. Aunque claro, por favor, es mucho más fácil quejarse. Es mucho más fácil mirar con lupa cada pequeño detalle y error (porque todos nos equivocamos, siempre, cada dia, todos) de la persona que tenemos al lado, antes de ver si realmente nosotros somos la persona más adecuada para quejarse de algo.

La hipocresía es el defecto más generalizado en nuestra sociedad. ¿Y porqué no admitirlo? la escritora de este blog seguramente lo haya sido alguna vez, también ha criticado personas porque simplemente les haya caído mal, y tampoco se ha dado cuenta muchas veces de que los mismos errores que criticaba, ella misma los cometía. Ser humilde cuesta muchísimo, y hasta que aceptas tus propios errores, a veces no comienzas a ver las virtudes de las otras personas. Pero por eso mismo es importante a su vez la crítica, la crítica...pero constructiva.
Hay mucha diferencia en decir..”pues de esta persona no me gusta esto... aunque esto  y esto me parece muy noble de su parte”, a decir... “esta persona es idiota, porque esto y esto... me cae mal”.
El error es que las personas no nacemos con una personalidad predeterminada. Jamás nadie será hoy como ayer, ni como lo será mañana. Depende de la situación, del ambiente, de la experiencia, de lo que aprendamos, de lo que reflexionemos... “es una persona alegre” es una expresión mal formulada, nadie puede ser un estado de ánimo. ¿Esa persona jamás en su vida estará triste acaso? ¿cuando esté triste será una persona alegre también? otra cosa sería el...” es una persona que normalmente suele parecer alegre”. Lo mismo pasa con “esta persona es idiota”. Aunque la gracia está en que si ni siquiera puedes conocerte a ti mismo como para aceptar y saber cuales son tus propios errores, ¿cómo vas a conocer los de los demás?
Es por ello, por lo que tanto repito una famosa frase de la que tanto estoy de acuerdo.
“Si quieres saber cómo es alguien, escucha cómo habla de los demás”.
Y es que parece, que cuanta más libertad de expresión ofrezcamos a la sociedad, menos la sabrán aprovechar. 

¿La religión es un insulto para la dignidad humana?

By : Conejito de la chistera

Me alegra saber que hubieron personas interesadas y que además le gustaron leer la anterior y primeriza portada de este blog, (les doy gracias por darme los ánimos en escribir otra entrada) que simplemente creé por impulso a mostrar ciertas opiniones y experiencias que se han ido creciendo a medida que aprendía y conocía nuevas opiniones, artículos...y... qué diantres, me iba mostrando la experiencia del día a día respecto a la sociedad. Puede que aquesta servidora parezca que viva de observar a su medio; pues no sólo de ello, como todos, albergo una opinión e interés por el mundo que me rodea, pues perdonen mi egocentría, sólo soy una chica de unos diecinueve años que desespera por romper el cascarón y activar el mundo que la rodea.

Después de esta aburrida introducción, empezaré fuerte, si señor,  tocando un tema bastante delicado (pues hay diversas y numerosos tipos de opiniones sobre el tema, que no estarían de acuerdo con el comentario que les mostraré más adelante, y aún así, diré tranquilamente que como cualquier persona, me reservo el derecho de opinar libremente de lo que me de la gana)

Primero vayamos por términos.
Existen tres tipos de personas; Los agnósticos, los ateos y los religiosos.

Un agnóstico es una persona que cree que la existencia de Dios no puede probarse basándose en evidencias al uso, pero que no niega la posibilidad de que Dios exista. El agnóstico no va tan lejos como el ateo, que considera que el asunto de la existencia de Dios está zanjado. De hecho, si ambos vieran un día un arbusto en llamas que hablara y dijera “Soy el que soy”, el agnóstico empezaría a buscar a ver dónde está la grabadora escondida, mientras que el ateo se encogería de hombros y se pondría a asar castañas.

Ahora, os mostraré un chiste sacado de mi libro favorito; “Platón y un ornitorrinco entraron en un bar”, donde nos explica con un buen ejemplo a donde quiero llegar a parar.

Dos irlandeses colegas de borrachera est´´ en un pub y ven a un calvo bebiendo solo al fondo de la barra. 
-Oye- dice Pat-. ¿Ese de ahí no es Winnie Churchill?
-¡Bah!- responde Sean-. No lo cre. Winnie Churchill no estaría en un sitio como este.
-Tio- insiste Pat-. Que no es broma. Mírale bien. Juraría que es Winnie Churchill. Me apuesto diez libras.
-¡Se acepta la apuesta!
Pat se va al final de la barra y le dice al calvo:
-Tu eres Winnie Churchill, ¿a que si?
-Fuera de mi vista, ¡imbécil!- grita el calvo.
Pat vuelve a sentarse junto a Sean y dice:
-Me temo que ya nunca lo sabremos, ¿verdad?

Éste es el razonamiento de un agnóstico, los ateos son otra cosa muy distinta.
Ya desde tiempos remotos, discutir por la existencia de Dios, o cuales de ellos es el verdadero, arrastra tanta historia detrás, tantas guerras y culturas, que incluso filósofos, llegan a la conclusión de que es entrar en terreno inútil entre unos y otros por la existencia de algo que no podemos probar la existencia o no de ello (aunque sí, la existencia de esos falsos dioses con los que el hombre se ha crecido para hacerse con el poder durante la historia del mundo; como la cristiandad por ejemplo ya que es de las más generalizadas, que hipócritamente tiene como finalidad el amor entre hermanos mientras acumulan más y más poder, impidiendo el avance científico, aprovechando su poder para colarse en cualquier ideal con comentarios sin lógica alguna, atemorizando al pueblo y excluyendo al que no llegara a formar parte de sus expectativas como es el caso de la mujer o a los homosexuales).

En mi caso, ya que este es un ensayo personal donde subjetivamente sumerjo mis ideas libremente, puedo decir que no creo en un Dios, pero no descarto ninguna idea puestos a que no puedo probar nada. Soy una agnóstica. No digo no, pero tampoco sí. No rezo, no pido nada a un ser superior, pero tampoco creo que eso a lo que muchos llaman “Dios”, y esa misma imagen que ellos dieron al paso de los años  a esa especie de “fuerza” o “energía”, sea casualmente la verdadera.

Una vez, en clase de filosofía, mi profesora comentó una cita del señor Steven Weinberg donde decía lo siguiente;
“La religión es un insulto a la dignidad humana. Con o sin religión siempre habrá buena gente haciendo cosas buenas y mala gente haciendo cosas malas. Pero para que la gente haga cosas malas hace falta la religión.”
Aquí es donde alegremente os podría representar miles de ejemplos donde la religión, aprovechándose de las débiles y manipulables mentes de nuestra inconsciente sociedad, ha llegado a influir de tal manera, en la que se han visto envueltos en guerras, hambrunas, más y más guerras, pobrezas, inquisiciones, etc. (¿A que eso no te lo enseñan cuando vas a la catequesis para hacer la comunión?) Normalmente, (y con esto no quiero decir que sea todo el mundo) las personas que creen fielmente en la existencia de un Dios suelen ser tan poco susceptibles a las opiniones ajenas, que simplemente o no escuchan, o muestran con una burla esas opiniones, o se hacen víctimas de ellas, o te atacan a cuchillo y fuego hasta que no opines como ellos. Pero eh, también está el lado de los ateos, que miran con ese odio cada muestra de esas personitas que simplemente buscan una esperanza y un rayo de luz a sus problemas, rezando a un ser que quizás, según ellos creen, le servirán de algo. O que al menos, no se digan no rezaron por lo que quisieron. No. Eso tampoco es así.

La cosa es simple;  si queremos que la cosa avance, tenemos que respetar toda opinión ajena, ya sean creyentes como que no lo sean, sean de la religión que sean, crean en lo que crean, no sois ninguno de vosotros dueños de nadie para criticar irrespetuosamente los ideales de NADIE. Puestos a que una cosa es opinar, y otra criticar de mala manera, insultando los ideales diferente a los vuestros como si lo supierais todo en esta vida (os recuerdo que sólo somos humanos, a lo mucho  que tenemos, es capacidad de razonar, usar la lógica e imaginar, que tampoco es que no se desarrolle demasiado en general).

No obstante, la religión es algo demasiado relativo como para tomar a la ligera. Hay que ser demasiado ingénuo si te crees literalmente todo lo que te cuenta un libro que quién sabes tú, escribió de verdad, te explica un cuento con capítulos donde los protagonistas van cambiando. Bien equipado, claro, con temporadas y todo (dígase que hablo del testamento dando un ejemplo de la biblia, puestos también podría utilizarlo para más religiones, pero aquesta es la que más conozco).


-¿Religión?
-Metodista.
San Pedro consulta su lista.
-Vaya a la sala número 28- le dice-.Pero guarde silencio al pasar por la 8.
Llega otro hombre  a las puertas del cielo.
-¿Religión?
-Baptista.
-Vaya a la sala 18, pero guarde silencia al pasar por la 8.
Un tercer hombre llega a las puertas del cielo.
-¿Religión?
-Judío.
-Vaya a la sala 11, pero guarde silencia al pasar por la sala 8.
-Entiendo que haya salas distintas por las diferentes religiones- dice el hombre-. Pero ¿porqué tengo que guardar silencio al pasar por la 8?
San Pedro le responde:
-En la sala 8 están los testigos de Jehová y cree que son los únicos que han ido al cielo.

De nuevo, sacado de “Platón y un ornitorrinco entran en un bar”, un chiste donde quería mostrar lo dicho anteriormente.
Si no podemos hacer pensar y creer a otras personas lo que nosotros creemos, deben creer a nuestro juicio. ¿Porqué no mejor mostramos un respeto a la opinión ajena? Claro está, denunciando aquellas cosas que nos resulten inmorales, como presentando los miles de millones que podría costar el majestuoso palacio del Vaticano, cuando hay tantas y tantas personas desfalleciendo de hambre.
Quizás, si opináramos correcta y respetuosamente aquellas personas que queremos que nos escuchen, comenzarán a hacerlo. Quizás entre todos no lleguemos a una realidad verdadera, y puede que el ser humano a veces necesite creer de una mágica esperanza que le hagan creer que tienen una segunda oportunidad al morir, o que hay algo que los están protegiendo o les ayudarán cuando estén en apuros a ellos y a sus seres más queridos. Que recibirán una recompensa por el esfuerzo hecho. En resúmen; hay personas que necesitan de ese rayo de luz, aunque sea imaginario, para poder caminar sin miedo sobre los caminos de la vida.
¿Por Qué entonces, vamos los demás a arrebatarle nosotros ese rayo de luz si es que lo necesitan al igual de qué necesidad tenemos de que nos cieguen a nosotros con sus historias fantásticas sobre esos mágicos rayos de luz que ven y de quienes los están alumbrando? 
pero al menos, entre todos podamos llegar a un “acuerdo”, en el que pacíficamente, creyentes, agnósticos u ateos, convivamos en paz y en armonía, ¿porqué no?

El ego entre las tribus urbanas. ¿Harto?

By : Conejito de la chistera

Desde hace ya varios años atrás, la sociedad se ha visto envuelta en una serie de caracteres y gustos de los que, según ciertas similitudes, se podrían hacer grupos y clasificaciones de un determinado número de personas o como bien podríamos llamarlo hoy día; tribus urbanas.
Hay diferentes tipos de tribus de los que actualmente podríamos servirnos para hacer ejemplos, como por ejemplo los metaleros, hippies, mods, punks, raperos, rocanroleros, skatos, skins, góticos, rastafaris, emos, canis, otakus, etc.
Innumerables tribus que hoy en día utilizamos para etiquetar, clasificar y ridiculizar a todo tipo de persona según sus gustos o su forma de expresar alguna cosa.

No es raro escuchar un “eres un friki” de alguna persona que vaya dirigido a alguien que, a juicio del insultante, el emisor le parezca una persona más “rara” o curiosa de lo establecido, o simplemente intente llamar la atención con un “insulto” a esa persona intentando dañarla.
Cabe decir que a nadie le gusta ser juzgada, a nadie le gusta que le digan que es algo que no lo es. ¿Verdad?  O simplemente lo cataloguen o etiqueten como algo simplemente por sus gustos. Que de gustos, no hay nada escrito. ¿Cierto?
Pues últimamente este tema comienza a repatearme en ciertos sentidos puestos que, parece que es más importante tus gustos, tu forma de vestir, y tu forma de hablar, que lo que realmente eres.

Nos hemos convertido, bueno, quizás siempre hemos sido, una especie de maniquíes de la sociedad que intentan aparentar tener la mejor calidad en sus productos para ser comprados. Aparentar se ha vuelto en una de las cosas que más deban preocupar a jóvenes adolescentes, que en lugar de intentar generar una personalidad propia, tratan de imitar a sus seguidores, comportamientos generales que provengan de las tribus urbanas de las que ellos quieran formar parte, y ser, simplemente, aceptados de esta manera por la sociedad.

Yo,  quizás no en un pasado, y quizás tampoco en un futuro, pero hoy, escupo ante esta materialista e hipócrita idea de dejar nuestro verdadero yo aparcado en un baúl, pudriéndose, sonriendo tras una máscara creada de plástico falso e hipócrita ante otros tantos hipócritas que son exactamente igual que ellos. Porque, os explico, ¿no estáis ya hartos de escuchar esos “eres un friki” ridiculizando a alguien por tener unos gustos diferentes a los de esa persona? pues bien, yo estoy aún más cansada de ese “Yo elegí ser friki” “Yo soy diferente” “Estoy loco/a” y ese trato que esas personas, dentro de las tribus urbanas, se dan de diferentes, únicas y especiales por tener unos... ¿gustos diferentes  a los demás? ¿pensamientos diferentes?  Perdonad que os diga, pero en un concierto heavy, ¿todos los metaleros que hay allí entonces son especiales? ¿y el que no esté allí no lo es? ¿y ese “yo tengo gustos diferentes” de un otaku? ¿habéis ido a un salón manga? ¿sabéis la de gente que va a un solo salón que está en una sola ciudad? imaginaos en el mundo. A mi este tipo de comparaciones, quizás sea excesivo el ejemplo, pero me recuerda a la idea que Hitler tenía sobre la racia Aria, pensando que ellos eran diferentes, eran los mejores, la raza pura, y los demás, simple escoria que no valía para nada, algo que estaba por debajo de ellos. ¿No se parece acaso a la idea de estas personas, que dicen ser especiales y únicas, o que tratan sus gustos como si fueran raros habiendo miles de personas que tienen unos gustos similares, descatalogando los gustos de las demás personas que piensen de forma diferente a ellos como si no tuvieran validez alguna? ¿como si fuéramos escoria de la sociedad?

Sinceramente digo, que si esas personas realmente se sienten solas, y deben depender de formar parte de una etiqueta y una tribu urbana que categorice sus gustos y su cultura, evitando cualquier contacto con otra persona que no sea de igual manera, quizás por miedo a que los desconocen, y el hecho de que tengan similitudes de gustos con unas personas u otras les hagan sentir más seguros, al menos no se las den de especialitos y únicos, y aprendan a respetar a las demás personas, su decisión sobre los gustos que puedan o no tener, la música que escuchen...y diantres, que dediquen su tiempo libre a lo que quieran, pues ya que dicen tener una personalidad marcada y un modo de pensar avanzado, al menos tengan en cuenta la libertad que TODOS y no solo ellos, debemos tener. Pues parece que estuvieran eternamente a la defensiva, creando corralillos unos y otros, apartándose de aquellas personas que, sin conocerlas, las juzgan como seres a los que no deberían ni dirigirles la palabra, quizás perdiendo la oportunidad de conocer personas maravillosas.

Para concluir me atrevería a decir, que si aquellas etiquetas de las que nos hemos servido durante tantos años desapareciera, y comenzásemos a aprender no sólo de los gustos de unos u otros, si no de la personalidad, la forma de expresión y la forma de pensar de cada uno. No sólo ahorraríamos a este planeta ya tan podrido por nuestra sociedad tantas peleas y discriminaciones, si no que estuvieramos dando un buen ejemplo a las personitas del “mañana” que un día serán parte del poder de nuestro planeta.
Conoceríamos personas maravillosas, quizás incluso las guerras no cesarían, pero si disminuirían. Porque como digo, no somos etiquetas, no somos punkis, ni frikis, ni otakus, ni canis, ni heavies... somos personas, personas con miedos, con deseos, con inquietudes, con gustos y disgustos, personas con historias, con curiosidades, con mil y una cosas que nos hacen únicas; por eso mismo todos somos iguales. TÚ, eres sencillamente tú.

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