Popular Post

Posted by : Conejito de la chistera viernes, 21 de febrero de 2014

Indignada me hallo.


Como muchas otras personas, hoy y desde hace un año se sabe que padezco TDA (transtorno déficit de atención).
Para haceros una idea; hasta lo que puedo saber y decir, el déficit de atención es un trastorno en base a nivel neuronal del que aún se desconocen totalmente los motivos de su aparición, pero son identificados por la dificultad a la hora de emplear acciones ordenadas, prestar atención al momento que debemos, memorizar, escuchar y seguir una conversación, y desenfocar o seleccionar los elementos o acciones que debemos de realizar  justo en su momento, así como la dificultad de organización y el descontrol interno de ideas, pensamientos y reflexiones que finalmente acaban olvidados. El problema físico se encuentra en la córtex pre-frontal de nuestro cerebro (encargado de cómo planificar una acción), e impidiendo la captación y producción suficientes de los neurotransmisores "dopamina" y "noradrenalina".
Queda muy bonito dicho en palabras pseudo científicas, pero para que se entienda mejor, aquí os dejo un vídeo bastante bueno de cinco rápidos minutos de una psiquiatra especializada y padeciente de dicha enfermedad donde nos explica brevemente algunas de las cosas que personas con tda padecemos.



Actualmente y desde que  fui psiquiátricamente tratrada, estoy medicándome a base de concerta (metifenidato), lo que viene siendo el "focusyn" de los Simpsons. Capaz de facilitar mi capacidad de atención y memoria durante las 10  o 12 horas que tiene de duración la pastilla al día.
Normalmente, cuando éste transtorno es identificado en niños y éstos son medicados y pedagógicamente tratados, al llegar a la edad adulta su deficiencia es casi imperceptible o muy disminuída. Pero si has vivido la mala suerte de ser diagnosticada en la edad adulta, éstas deficiencias serán crónicas. Y por lo tanto, el ingiere de su medicación también.
 
Dejando atrás los aspectos psicológicos y todo lo mal que lo haya podido pasar hasta ser capaz de llevar una vida medio normal gracias a la ingiere de los medicamentos, pasamos a la siguiente dificultad que hoy se me ha presentado y por lo cual estoy tan enfadada.

Cada mes, compro un bote de pastillas de concerta. Cada botecito contiene 30 pastillas, ingiero una sola al día. La medicina cuesta alrededor de 100 euros, aunque gracias a una reciente ley, al ser una enfermedad crónica, sólo me cuesta 20 euros (ya de por si es un gasto bastante difícil con mi situación económica y estudiando artes. Se requeire mucho dinero en material). 
Recibí mucho apoyo tanto de mi primer psiquiatra, psicólogos, familiares, amigos e incluso la rebaja de costes. 

Más tarde me di con un hueso duro de roer. 
No se si ésto va por comisiones como la de casos que ya se conocen por noticias (pagos extras a médicos por no ofrecer bajas laborales) o simplemente tengo mala suerte y me encuentro con personajes incompetentes que o bien no quieren hacer su trabajo, o le gustan mucho tocar los huevos.

Es el caso de mi cita de hoy con el médico.
Era el primer día de visita a cita previa con ésta doctora. Anteriormente, cada vez que agotaba mis pastillas, acudía al médico de cabecera para pedir que nuevamente me las recetara. O bien si la cita con el psiquiatra era próxima a cuando los agotara.

Todo el historial médico psiquiátrico se supone que está presentado dentro del informe clínico. Pues el médico de cabecera anterior ha podido leerlo (y no sólo él, una sustituta que tuve hace unos meses cuando él estaba ausente también, y pudo recetarme la medicina sin problema). 
¡Pero chapó! ésta doctora niega darme la receta de la medicina porque dice "tener poca información" o necesitar de un informe psiquiátrico para poder dármela. 

No sólo eso, también le conté de un problema menstrual que llevo desde niña, me han aconsejado ir a un ginecólogo, pero parece ser que no tengo derecho a una revisión ni saber en qué estado de salud están mis partes íntimas, puestos a que también se negó a darme una cita con el ginecólogo.
Tras eso, largué a casa a por el informe psiquiátrico donde se valora que padezco ésta enfermedad (mas un transtorno de ansiedad) y por si acaso, acudí a la farmacia para ver si tenía alguna receta guardada de concerta en mi tarjeta sanitaria.
Casualmente incluso la farmacéutica pudo ver que debía tomar de forma crónica dicha medicina, y que era imposible que, siendo médico de cabecera, no pudiera ver las medicinas que tomo o dejo de tomar.

Casualmente la doctora, aunque llevara todas sus citas una hora y media tarde, tenía muchos huecos libres, así que pude tomar otra cita ésta misma mañana.
Al llegar, comenté con los demás pacientes mi problema, y que necesitaba esas medicinas sí o si para llevar una vida normal (y para mi estudio). Los demás pacientes, empezaron entre unos y otros a comentar los problemas que habían empezado a tener con sus tratamientos desde que son tratados por dicha doctora.
Desde el problema de haber eliminado totalmente un tratamiento que una persona había estado llevando bastante bien para empezar a empeorar, hasta cambiar totalmente la receta de una persona que había estado medicada y recetada por un especialista agravando su enfermedad. 

Tal que así fue, que mientras esperaba (tenía cita a las 11:40, pude finalmente acudir, a las 13 horas) comenté mi problema en información. Se ve que el hombre al menos pudo entenderlo,  aconsejó que, en el caso de que no me lo recetara, si me encontraba disconforme hablara con el director del hospital.

De nuevo al llegar mi hora entré a consulta. Enseñé el informe médico y ella empezó a leer, por su rostro  juraría que buscara alguna escusa para no dármelo. También le comenté algo sobre la tarjeta sanitaria que en ningún momento me había pedido. Colocándolo sobre la mesa diciéndole que incluso la farmacéutica podía ver que debía tomar de forma crónica esa medicina.
En el informe anunciaba la enfermedad que padecía, los progresos con dicha medicina, y que la debiera tomar. 

¿Sabéis qué dijo?
"No te la voy a dar, éste informe es del año pasado".
¡¿...QUÉ?!
No me jodas, estamos en febrero, y ese informe es de hace meses. 
El informe psiquiátrico fue escrito con el fin de poder obtener a becas  y ayudas (que me fueron denegadas porque me pedían un certificado de minusvalía, el cual llevo esperando para ser valorada en pruebas desde hace unos meses, por lo que ya no podré ser partícipe de esas ayudas hasta el año que viene).
Ni siquiera quiso mirar mi tarjeta sanitaria, y repetía una y otra vez que sólo podía recetármelo el psiquiatra. (El cual no tenía revisión hasta abril puestos a que son revisiones periódicas por ciclos largos para vigilar cómo la medicina está evolucionando. Al decírselo ella dejó caer un comentario fácilmente traducido por un "te jodes"). Le comenté que otros médicos me lo recetaron sin problema, habían podido leer el informe clínico en internet, y el mismo psiquiatra me había dicho que el médico de cabecera también podía recetármelas.
Pero nada, seguía oponiéndose. Y yo ya había ingerido mi última pastilla.

Ahora estoy sin medicinas, es viernes por lo que no pasa nada si el fin de semana me las paso sin ellas, mas soy incapaz de ser útil en mis estudios y clases sin ellas. 
¿Otra opción? Presentar una hoja de reclamaciones contra dicha doctora y hablar con el director del centro médico.

¿A ésto tenemos que llegar los enfermos crónicos para poder obtener las medicinas que NECESITAMOS para poder llevar una vida normal? Lo mejor  es que me quedan tres meses con ella porque nos acabamos de mudar, menos mal que mi medicación no trata de cáncer o similar, porque vamos.... 
Rezaré por no enfermar mientras tanto. 

Leave a Reply

Subscribe to Posts | Subscribe to Comments

- Copyright © My story is starting - Date A Live - Powered by Blogger - Designed by Johanes Djogan -